BARCELONA ÉS NADAL. 1A. PARTE

BARCELONA ÉS NADAL. 1A. PARTE

BARCELONA ÉS NADAL

                                                                                                                                                                                                                                                          Volví a mi casa y, como en los anuncios, volví a mi casa por navidad. En mi regreso volví a la CASA GRAN, que así se llama, en mi ciudad, la sede del Ayuntamiento de Barcelona. Volví a mi destino como funcionario; AREA DE COMERCIO. Y me ofrecieron un tema delicado; la iluminación de las calles de Barcelona para las fiestas de navidad. Tema denostado, en franca decadencia en los últimos años, si se atienda a las críticas permanentes, de aquella época, que los medios de comunicación y los sectores económicos de la ciudad amplificaban en sus editoriales. Me proponen ser el responsable de las luces de navidad y de las actividades de promoción comercial que impulsa el Ayuntamiento. No pongo reparo alguno a este nuevo embate profesional. Si ha de hacerse, se hace. Y por descontado es un lindo  tema con proyección ciudadana indiscutible. Así que manos a la obra. Sólo pido a mis jefes que me den confianza y autonomía. Y me la otorgan sin medias tintas, sin condiciones. Y hay que tener en cuenta que quienes me la concedieron no son mi referente ideológico y lo saben.                                                                                                                                                                                                                                                                 Y así fue, queridos amigos, como tuve la suerte de conocer a buenos políticos que se ajustan a lo que un profesional puede ofrecerles, por encima del sectarismo imperante. Un grato recuerdo para mi jefa Sonia Recasens, responsable de la promoción económica de la ciudad y excelente gestora, con un alcalde, recién estrenado en el cargo, abierto y cosmopolita, Xavier Trias, cuya deriva procesista sigue resultándome inexplicable como he recordado en otros escritos.             Me dieron absoluta autonomía tanta y de tal grado  que solo me faltó transportar y decorar, uno a uno, los árboles de navidad que  un vivero de Espinelves ofreció al Ayuntamiento para instalar en cada distrito. Solo me informaron de la donación. Nada más y nada menos. Fui a Espinelves. Hablé con el propietario y confirmé la donación, pero surgieron preguntas. ¿de qué tamaño?, ¿Cómo los trasladareis a Barcelona?, ¿quién pagará el transporte? ¿Quién los decorará? No sé cómo lo hicimos pero el resultado fue que, sin coste alguno para el municipio, los arboles llegaron a Barcelona y se instalaron majestuosamente frente a las sedes de distrito. Y un abeto gigante, no previsto en la donación, ocupó un lugar preeminente en plena plaza Catalunya, también sin coste alguno. La otra condición de mi trabajo fue ganarme la complicidad de los operadores turísticos y comerciales. A muchos de ellos los conocía de mi época en los mercados y la Feria y esta claro que eso ayudó a conseguir una colaboración ejemplar público-privada. La operación de iluminación artística de ese año en Barcelona fue más luminosa en cantidad y calidad. El secreto fue simple. Nuestro mejor aliado, XIMENEZ, la empresa instaladora con sede en Puente Genil,  puso de su parte todo lo que pudo y más. Se convirtió en un socio municipal de primer orden. En román paladino sembró para su futuro y así fue como, poco a poco, fue cambiando la percepción ciudadana sobre la navidad en Barcelona. Convertir el encendido de luces de navidad en un gran espectáculo con el alcalde y los niños como protagonistas y anticipar su puesta en marcha fue también clave en la percepción de que las fiestas de navidad empezaban a tener otro aire. Pero faltaba la guinda del pastel. La pista de hielo. La mejor atracción para las fiestas de navidad. Y no una pista cualquiera. La pista más grande de España. Y la pista  se convirtió en slogan de ciudad                                              BAR GEL ONA Telediarios y portadas de todos los medios de comunicación ampliaron esta inédita actuación municipal y la convirtieron en el gancho perfecto de la campaña de comunicación municipal para que, una nueva consigna apareciera en el panorama de la competencia entre ciudades. BARCELONA ÈS NADAL Y la última de las actuaciones. La más modesta, pero muy creativa. La instalación de GALETS – una pasta típica catalana en forma de caracola – que, como estatuas gigantes, fueron colocadas en la calzada, iluminando durante la navidad el centro de Barcelona con la intención de convertirlo en un adorno para lucirlo en las solapas de los barceloneses como un REGALET.                                                   REGALET. Continuará y gracias por leerme. 

 

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