EL PESCAILLA YA NO MUEVE LA COLA.

EL PESCAILLA YA NO MUEVE LA COLA.

Mi admirado y querido amigo Pedro Palacios escribió un cariñoso wasap de respuesta a mis memorias, que decía así; 

 “Adolf has hecho una brillante crónica costumbrista donde suena la copla de León y Quintero, y llegan de la cocina los aromas de las lentejas estofadas. Tiempos pasados, llenos de ingenuidad y nostalgia, pero desbordantes de humanidad. Sigue escribiendo Adolf, lo que inviertes en rememorar, te lo ahorras de Prozac”. 

Curiosamente lo que más me llamó la atención del wasap fue su comentario sobre el aroma de las lentejas estofadas. 

Después explicaré por qué. 

Ahora, para los que no conocéis a Pedro, un par de anécdotas. 

Semanario INTERVIÚ. Pedro el jefe. Llega Pilar Eyre con un artículo extenso sobre Lola Flores. Y a pesar del interés de la entrevista no hay un titular que enganche. 

Pedro le dice; “¿Pilar, si le hubieras preguntado a Lola si el Pescailla aún mueve la cola que te hubiera dicho?” 

Titular del Interviú aquella semana con foto de Lola Flores en plan faraona:

EL PESCAILLA YA NO MUEVE LA COLA. 

Ese titular y la historia me la confirmó, en persona, Pilar Eyre en la presentación del último libro de Víctor Ámela. Se lo pregunté descaradamente y me lo ratificó con una gran sonrisa y admiración a Pedro, con una confesión añadida. A Lola no le sentó bien el titular, no porque no fuera verdad, sino porque la Faraona en esos momentos no estaba para bromas. 

Tiempo después, en twiter, Pilar publicó toda la entrevista con esta referencia «os pongo esta entrevista que titulé El Pescaílla ya no mueve la cola. Año 1983. Se enfadó mucho.»

Y otra anécdota entrañable para el recuerdo. 

Albert Batlle, mi jefe y amigo, nos convoca para una expedición a Paris a la sede de la organización del tour de Francia, para solicitar una etapa en Barcelona. Fuimos un conjunto variopinto de miembros del grupo. Melchor Mauri, ciclista profesional, Rubén Peris presidente de la Federación Catalana de ciclismo, y otros que de ciclismo solo sabíamos, a duras penas, ir en bici. 

A Pedro lo eligió por sus conocimientos de las olimpiadas y por ser un hombre de Samaranch y a mí me dijo Albert por ser ex director de la Fira y por estar recién nombrado director del Mundial de Natación 03. 

Seguro me dejo miembros del grupo porque era muy numeroso, pero eso no es lo más importante, aunque como veréis si lo fue, 

Lo que recordamos con Pedro de esta visita es la comida en el restaurant Au Pied de Cochon. 

Hasta entonces todo pagado, Avión y minibús a la sede del Tour. 

Con moderación, pedimos un menú, convencidos que nuestra austeridad era la del propio Ayuntamiento que corría con los gastos.  

La sorpresa fue que Batlle, a la hora de pagar, solicitó que dividieran la factura por el número de comensales. Sorpresa del camarero y miradas atónitas del grupo. Cada uno pagaba lo suyo como si fuera una fiesta grupal. 

Una comida a lo catalán. 

Dos anécdotas que recordamos con frecuencia Pedro y yo y que me llevan al próximo titular JEFE DE ABASTOS y, como no, al aroma de lentejas. 

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