EL POWER-POINT

Todos tenemos un pasado y en este pasado, cuando se han ejercido puestos de dirección relevantes, siempre aparece el power-point.

Antes del power-point, si querías hacer una presentación chula, necesitabas unas diapositivas y un proyector.

Las diapositivas venían en forma de pequeñas fotografías, cubiertas por un marco de plástico,para facilitar cambiarlas  en una máquina que no siempre te hacía caso.

Ese era el contenido.

Otra opción, aún más antigua, era contar con un proyector de transparencias,  de tamaño DIN-A4,  que en su momento álgido llegó a ser en color.

Y si no te gustaban estas “moderneces”, podías mostrar carteles de cartón o garabatear en una pizarra.

Mi vida sin presentaciones no puede entenderse. De hecho cuesta imaginarse un mundo sin PowerPoint. El continente.

Con los mercados municipales empezó todo. Paso a paso, diapositiva a diapositiva, explicábamos a los vendedores de cada mercado y a sus cúpulas gremiales la radiografía de sus problemas y la solución que les proponíamos.

No me haré pesado explicando como la bandeja de diapositivas, haciéndolas caer, una a una, en el objetivo focal, clic-clac, y el susurro del proyector, un ronroneo permanente, acompañaron estas explicaciones.

Sin saberlo fuimos precursores del power-point y nuestro éxito fue el éxito de los mercados.

Aquel apostolado a los comerciantes, en forma de diapositivas, fue el germen, modestamente, para que estos equipamientos municipales sigan estando en la preferencia de los consumidores.

En Feria de Barcelona hicimos lo mismo.

Diapositivas, ahora en carrusel, y potente proyector, pero por poco tiempo. Esto ya era el software y el hard.

Puedo afirmar que con la Feria empezó todo.

Cada certamen, cada presupuesto, cada orden día, cada iniciativa, tenía su correspondiente power-point.

Pero con la crisis económica del 94 los salones de Feria cayeron en picado y también el power-point.

Informar de los datos esenciales de cada salón (ingresos, metros cuadrados contratados, exhibidores, asistentes, etc.) con un power-point hubiera sido un suicidio profesional. Un ejemplo. El Salón Náutico llegó a tener una cuarta parte de los datos del año anterior. Un desastre.

La estrategia que seguimos cambió el rumbo de las presentaciones. Sustituimos el power-point por la proyección de reportajes de cada salón, a todo color, acompañado de música trepidante.

Viendo estos reportajes nadie podía dudar que el certamen había sido un éxito.

Pero la crisis se superó y volvimos al power-point que tuvo su máximo esplendor con la presentación y aprobación de dos planes estratégicos para Feria de Barcelona. Los PAEs,  que se cumplieron después con rigor germánico.

Fue en los mundiales de natación donde las presentaciones alcanzaron niveles capaces de obtener el Oscar de Hollywood.

De esa etapa vuelvo a recordar la presentación del presupuesto al Bureau de la Fina, justo en el filo de cambio del milenio y de la peseta en euros, que resultó caótica.

Empezamos bien. En dólares, como era preceptivo. Pero al poco nos fuimos a las pesetas y a los euros.

“Señores del Bureau; el presupuesto del Mundial son 15 millones de pesetas. Quiero decir de dólares. Perdón de euros.” Y así en cada partida del presupuesto.

La cara de estupor de los miembros de FINA presentes y también de los que estábamos en la reunión, era indescriptible.

Nosotros, escondiendo y reprimiendo la risa. Los de la FINA con la boca abierta de par en par.

Y el power-point a lo suyo. Y nosotros a lo nuestro, con la convicción que haríamos, como así fue, el mejor mundial de natación de la historia fuera con euros, dólares o pesetas.

El único que nos descubrió, el director ejecutivo de la FINA, al salir de la reunión sentenció “Sois unos genios, no hemos entendido nada de nada, pero adelante.”

Y el power-point siguió adelante, sin obstáculos destacables, en el ejercicio de mis responsabilidades y hoy, queridos amigos, con cariño así, lo he recordado.

Espero que nadie de vosotros fuera militante del partido político antipower-point, nacido en Suiza, para desbaratar las presentaciones aburridas. No tuvieron éxito y el power-point sigue campando a sus anchas. 

Y por esta razón ahí va el título de mi nueva presentación por supuesto en power-point:

EN HONOR DE 

ROBERT GASKIN Y DENNIS AUSTIN 

Los padres creadores del power-point

Gracias por leerme amigos

Deja una respuesta