EN RECUERDO DE JOSEP CALVO Y COMO HOMENAJE Y GRATITUD A SUS CONSEJOS Y LEALTAD.

EN RECUERDO DE JOSEP CALVO Y COMO HOMENAJE Y GRATITUD A SUS CONSEJOS Y LEALTAD.

Queridos amigos, hoy reservo mis recuerdos a un colaborador que me ayudó, con sus buenos consejos y con su lealtad, a mi tránsito profesional de los mercados municipales a la Fira de Barcelona. 

Me han comunicado el fallecimiento de Josep Calvo y me ha producido mucha tristeza y desasosiego. No estoy seguro de haberle manifestado en vida lo mucho que lo apreciaba y agradecerle lo mucho que me ayudó en el ejercicio de mi responsabilidad al frente de los mercados de Barcelona 

Josep, un honesto servidor público, me ha devuelto entrañables recuerdos de nuestra época en la planta cuarta de Mercabarna, y me han provocado un aluvión de buenos    momentos que, juntos, compartimos. 

Veo, como si fuera ahora, con pasión, el Tour de Francia, en el canal UHF de TV2, cada mediodía, durante los meses de julio de cada año, las etapas alpinas del tour, hasta que Pedro Delgado y el gran Indurain coronaban las cimas de los Pirineos y los Alpes. 

Lo celebrábamos como si fuéramos nosotros mismos, a lomos de una bicicleta imaginaria, los que ganábamos las etapas. 

Y no lo hacíamos solos. Nuestro querido compañero Villoro ponía la salsa, en el sentido literal y bailable de la expresión, nunca mejor dicho. (Creo que aún es profesor de baile). 

Recuerdo su entrega a los mercados de la Barceloneta, Santa Caterina y el Ninot. Eran sus favoritos. 

Estos templos de Barcelona se expresan hoy, como un modelo vigente, en el mundo de la distribución alimentaria y expresan la convivencia entre el comercio tradicional y las nuevas formas comerciales.  

Si, queridos amigos, habéis leído bien, son templos transformados y modernizados que se conservan gracias, entre otros, a personas laboriosas y tozudas como Josep. 

Josep era un gran consejero. Siempre le consulté. Y siempre me daba su opinión leal. 

Me decía “Fíjate Adolf, igual que el Estado atiende a sectores en riesgo de desaparición o en su reestructuración, también puede hacerlo con los comerciantes de los mercados que ya no tienen ningún futuro y que van de cabeza al desastre económico.” 

Cuando mis decisiones no coincidían con sus consejos, bajaba la vista y una mueca de desaprobación acompañaba su criterio. No me hacían falta más detalles. Yo ya sabía, sin palabras, que Josep no estaba de acuerdo. 

Pero el gran mérito de Josep, lo que le hacia un colaborador excepcional, fue siempre su lealtad absoluta. Defendía con dientes y uñas lo que habíamos acordado y nunca nadie pudo observar la más mínima disensión entre nosotros. 

Josep amaba la vida y eso también nos unía. Comer bien, viajar, disfrutar de nuestras amistades, coincidir en nuestros criterios sobre la situación política del momento en una Catalunya monopolizada por la uniformidad convergente y pujolista. 

Se que no puedo restañar con este escrito emocionado mi gratitud con Josep.  

En mi etapa profesional posterior, desde la atalaya de poder que me otorgaba ser director de la Fira, nunca, nunca, me pidió nada. 

Ni una miserable entrada, nada. 

Así era Josep.!!! Así lo recuerdo.  

Y con este insuficiente homenaje, quiero rendirle las gracias por su trabajo, por su amistad y sobre todo por el cariño que ahora confieso públicamente y que hago extensivo a un equipo extraordinario de colaboradores, que hicieron de la gestión de los mercados, un referente en el mundo de la distribución alimentaria. 

Gracias Josep. EPD 

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