¿ESTUDIAS O TRABAJAS?

PRESENTACION DE MIS MEMORIAS

Mi amigo Joan Coscubiela respondió a unos de mis escritos, animándome a contar la complejidad que tuve que afrontar, como responsable del sindicato, y ponía como ejemplo los entresijos en la gestión del bar de CCOO y la batalla con los dirigentes y cuadros del ramo de la Construcción, que exigían que la “barreja”- bebida muy popular, mezcla de aguardiente y anís- la cazalla y el coñac-, se cobrara por debajo de su coste. No había manera de hacerles entender a los afiliados que subvencionar el déficit con las cuotas sindicales era una auténtica barbaridad y despropósito.  
 Coscubiela, incluso me sugería un titular;  El milagro de CCOO, a cargo de la Moreneta y la Virgen del Rocío. 

Que CCOO fue un milagro de supervivencia económica doy fe. Y en algún otro escrito lo he explicado. 

Pero de la Moreneta y la Virgen del Rocio lo único que puedo hacer es presentarme ante ellas y darles información para que, con su divino criterio, juzguen mi trayectoria.

Y esta trayectoria, como veréis, ha sido diversa y compleja y casi nunca fàcil de ejecutar.

Nuestra anfitriona Ernestina Torrelló. Una amiga, gran señora, que con su amabilidad y con su cavas Torrelló alegra las fiestas de miles de consumidores en el mundo.

Siempre he pensado que en la vida terrestre otro Cabruja ha usurpado mi historia. O quizás sea al revés. Nunca se sabrá.!

Pero vayamos al tema que nos ocupa. Explicar quienes somos no es tarea fácil.

Hace poco tiempo, en Zestoa, conocí a dos termalistas del Balneario, que, por supuesto, nada tenían ver con las vírgenes mencionadas por Coscubiela. 

Nuestras escasas conversaciones, en la cena común del Balneario, se concretaban en relatar la experiencia vivida durante el día y la recurrente demanda de información sobre el conflicto en Catalunya que algunos malvivíamos de forma permanente. 

En la despedida de nuestra estancia en el Balneario nos emplazamos a contarnos, con más detalles, nuestras vidas que al menos aparentemente, y así ha sido, parecían muy interesantes. 

Y ahí viene mi reflexión.  

De jóvenes presentarse era relativamente sencillo. 

“¿Estudias o trabajas”? Con eso casi bastaba para empezar una conversación.

Hoy eso no es suficiente. Habría que preguntar, incluso, la identidad de genero. Menudo panorama.

Si la presentación era para acceder a un trabajo, la cosa requería más rigor y solvencia. Entonces el curriculum vitae era pieza clave. 

Siempre he recordado que, en el libro que seguro conocéis, “Le Petit Prince”, la pregunta para presentarse no era qué edad tienes, ni de dónde vienes…, ni si estudias o trabajas, la pregunta era qué color prefieres, cuáles son tus aficiones, que cosas te hacen feliz … 

Cuando me jubilé pensé que llevar siempre encima el curriculum era innecesario, abultado y sobre todo inútil.  

Así que me hice unas tarjetas minis; ¼ de una tarjeta convencional, en donde está mi nombre, la dirección y los datos de contacto. Eso si, en el anverso figura, en negrita, esta leyenda “la edad arruga la piel, pero no los proyectos.” 

Hoy, con el acceso a las redes sociales, me parece a mí que no es necesario ni curriculum, ni casi entrevistas presenciales. 

Uno observa Facebook, LinkedIn, el propio Google o Instagram y sabe, de quien busca información, casi todo. La edad, sus preferencias políticas, su mal humor y hasta el color de sus calcetines. 

A mis amigas de Zestoa les amplié la información comentándoles que, en cualquier caso, en Facebook tengo señales de humo suficientes para saber cómo pienso, y les adjunté un artículo de prensa que reflejaba mi posición al problema que tenemos en Catalunya en clave de sátira. Y siempre con humor. 

Viene esto a cuenta de mi extenso y variado curriculum profesional, cuya síntesis se concreta en mi paso de los mercados municipales, al glamour de la Fira y, de los retos de la piscina, en los Mundiales de Natación, a la prisión. ¡Así de crudo!! 

Sí, queridos amigos, en mi trayectoria profesional, pasé casi 7 años a la sombra. 

Una sombra que un equipo de gente comprometida iluminó, a través del CIRE, consiguiendo unos resultados de popularidad y presencia en los medios de comunicación, pero sobre todo en el empleo de los reclusos, la mejor inserción, que fueron la admiración de propios y extraños.  

Mis amigos cercanos, después del Mundial, me preguntaban ¿qué haces ahora? 

“Soy el gerente del CIRE” (Centro de iniciativas para la reinserción.), respondía. 

¡Como buenos amigos evitaban acompañarme en el sentimiento y la frase era siempre la misma “caramba que interesante!” Era, claro está, una forma de consuelo cariñoso.

Desconocían que, mi experiencia en el CIRE, fue mucho más que interesante. Fue una época muy gratificante, con un retorno profesional y personal del que me siento orgulloso. 

Fabricamos cabinas del tren de alta velocidad, batas para los médicos y sanitarios, sabanas para hospitales, pintamos edificios, arreglamos mobiliario urbano, jardines y un largo catálogo de servicios, incluida la restauración de las cárceles, aunque lo más novedoso se hizo con los productos Made in Cire. Creamos la bossa catalana y se vendió hasta en el Corte Inglés, e incluso creamos una urna mortuoria en donde las cenizas del difunto podían ser depositadas en un recipiente de cartón reciclable, con una semilla en su interior que se enterraba en el jardín para que creciera y nos recordara la persona querida en forma de árbol. 

Y acabo con el humor de un recuerdo de la URNA BIOS que así se llamó comercialmente.

La urna bios triunfa actualmente en Canada y USA.

La presentamos en Valencia, en una feria que aún se celebra y que se llama FUNERMOSTRA

Recuerdo, queridos amigos, un stand, contiguo al nuestro, de un fabricante de ataúdes, cuyo nombre figuraba en letras enormes, con el siguiente slogan;  

ATAUDES SANCHEZ, EL MEJOR LUGAR PARA PASAR SUS RATOS MUERTOS. 

Si he conseguido una sonrisa, misión cumplida y hasta la próxima. 

Gracias, como siempre, por leerme. 

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