FOTOS, FOTOS Y MÁS FOTOS. UN CALEIDOSCOPIO DE COLORES.

FOTOS, FOTOS Y MÁS FOTOS. UN CALEIDOSCOPIO DE COLORES.

Acabo de archivar las fotos físicas de mi vida profesional. Dicen que cada foto cuenta la historia de una persona, de un lugar, de un momento. La gran pregunta es ¿Pueden las fotos desentrañar los secretos de toda una vida? Ahí lo dejo. 

En mi caso: Muchas fotos. Muchos y diferentes tamaños. Algunas más grandes que un folio. Otras como una tarjeta de visita. Muchos desaparecidos y desaparecidas en el sentido real del término. Muchos recuerdos. Y, en algunos casos, mucha comedia.  

He visto personajes, hombres y mujeres, de todo el abanico político, civil y hasta militar.  

Desde la realeza hasta Loquillo y Bossé. Desde Eugenio y sus chistes hasta Mari Pau Huguet.  

Muchísimos son recurrentes. Salen cantidad de veces. Y ya lo digo aquí. Los más simpáticos y atentos para con mi persona que recuerdo con cariño son Maragall y, oh! sorpresa, Josep Piqué.  

Otros son fugaces, pero todos los fotografiados se ven importantes.  

Y, naturalmente, el recuerdo del archivo de las fotos lo siento y lo veo como un observador privilegiado de la época.   

Algunas fotos son incunables;  La Reina,  Las infantas y sus consortes,  Esperanza Aguirre,  Ana Birulés,  Loyola de Palacio,   Julia Garcia Valdecasas,  Mercé Sala,  Montserrat Caballé,  Judith Mascó  Cristina Narbona, Mary Sampere,  Marta Ferrusola,  Isabel Tocino, Maria Pau Corominas, Ernestina Torrelló, Lidia Torruella,   Bibi y Teresa Samaranch, Merixell Batet y muchas más que no caben en este escrito.  

Y continua con   El Rey, aún sin Corina,  Felipe González,  Pascual Maragall,   Enric Massó,  Jose Maria Socias Humbert,  Joan Clos,  Jordi Hereu,  Xavier Trias,  Narcis Serra,  Jordi Pujol,  Antoni Subirá,  Maciá Alavedra, José Montilla  Josep Olius,  Angel Villar,  Josep Piqué,  Josep Borrell,  Javier Godó, Roca Junyent  Jose Antonio Samaranch,  José Luis Nuñez,  Mas Collell,  Alberto Fernandez Diaz, Joan Gaspar, Josep Guardiola y el Barça de la época al completo,  Pere Duran Farell,  Alfredo Kraus,  Antonio Asensio,  Peret, Miguel Bossé, Fraga Iribarne,  Duran LLeida, Salvador Illa …  

Y aquí también un largo etcétera, con militares de alta graduación, cuyos nombres no recuerdo, pero que impresionaban y mis jefes civiles Josep Maria Serra Martí, Antoni Negre, Josep Lluis Jové, Josep Maria Vallés, Montserrat Tura.

 De política y sindical no quiero olvidarme. Santiago Carrillo y el Guti, y como no, de Marcelino Camacho y de Jose Luis Lopez Bulla y de Joan Coscubiela.  

Mis fotos saludándolos dan idea de mi prolífica actividad profesional y personal. 

Decía al principio que muchos recuerdos y mucha comedia en muchas de estas fotos.  

Abrazos y besos por doquier, entre enemigos declarados, que, ante la prensa y el público, disimulaban y aparentaban relaciones estrechas que nunca se habían producido.  

Mis ojos, y mi información, y ahora, mis fotos, me recuerdan y me estimulan la sonrisa.  

Un ejemplo para dar fe de lo ocurrido.  

Batalla campal para elegir quién inauguraba un salón de Fira.  

Consigna del servicio de protocolo de Fira; A repartir juego toca !. Un Salón a la Generalitat, las más de las veces, otro al Ayuntamiento, pocas, y más pocas, al gobierno de España.  

Y ni por esas. Siempre había algún perjudicado.  

El caso de Alimentaria ilustra el conflicto. Alimentaria se convirtió en un tema de Estado y trascendió a la prensa.  

Lo arreglamos haciendo dos inauguraciones. Una para uso autonómico y otra para uso nacional.  

Los empresarios siempre iban con pies de plomo. Si había problemas la Fira era la responsable. Pocas veces se mojaban.  

¿Y cortar la cinta para la inauguración?  Otra batalla campal.   

Creo que en alguna ocasión incluso troceamos la cinta de inauguración con un pedacito de senyera y otro pedacito de española, cosidos al mismo nivel, sin protagonismo de una o de otra.  

¡Y ni por esas!. La española siempre generaba problemas. Ahora debe ser misión imposible.  

La solución; Cinta con el color azul de la Unión Europea y sus estrellas. Y nunca más las banderas de la división.  Nadie se atrevió a decir nada en público, aunque algunos, seguramente, maldecían esta solución.   

Y hasta aquí las fotos que conservo en archivos, fuertemente custodiados por mi memoria, que ahora se amplifican por estos recuerdos que con mucho gusto os remito.   

Hasta pronto amigos. 

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