LA CÁMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACIÓN DE BARCELONA.

LA CÁMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACIÓN DE BARCELONA.

Queridos amigos, siguiendo la actualidad por tierra, mar y aire, en estos tiempos convulsos, hoy la noticia, en Barcelona, es que la Cámara de Comercio, Industria y Navegación ha cambiado de dirigentes, con una representación más plural y transversal del empresariado de la ciudad.

Y os confieso que me alegro y mucho.

Siempre que se cita a la Cámara me vienen a la cabeza recuerdos de mi juventud.

En la Escuela de Altos Estudios Mercantiles un buen día el catedrático de Contabilidad, Antonio Goxens Duch, me propuso dar unas clases de Cálculo Mercantil a los trabajadores auxiliares y administrativos de la Cámara.

Fue uno de mis primeros trabajos. Me preparaba las clases como si fueran reválidas de exámenes finales, pero todo fue muy bien e incluso me pidieron repetir para las próximas promociones de empleados.

Pero otro encargo cambió los planes.

El mismo catedrático tenía la responsabilidad de auditar, periódicamente, la contabilidad de la Cámara y me puso a las órdenes del encargado de realizarla, un profesor del que aprendí mucho, y al que, tiempo después, reencontré como subdirector de la Conselleria de Economía de la Generalitat de Catalunya.

Y una de las cosas que aprendí fue cuando descubrí, realizando la auditoria, una partida de puros habanos cuyo importe era claramente desorbitado. Lo puse en conocimiento de mi responsable y me dio una clase práctica.

“Cabruja una cosa es auditar y otra censurar”,

“Si hay documentación acreditativa suficiente a los auditores solo nos queda decir amén.” Y así fue.!!!

Mucho tiempo después este recuerdo juvenil se transformó en una relación permanente con la Cámara, cuando fui nombrado director de Fira de Barcelona. (La Cámara era y es socio preferente del Ayuntamiento de Barcelona en la gestión de la Fira.)

Esa relación fue casi cotidiana. Cada seis meses, el plenario de la Cámara recibía mis informes relacionados con los salones de Fira y de la marcha económica de la Institución.

Hoy queridos amigos he recordado estos episodios con la esperanza que la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Barcelona sea, de una vez por todas, una institución autónoma de la política partidista que represente fielmente, como dicen sus estatutos, los intereses generales de los empresarios catalanes.

Gracias por leerme.