11 M. GRACIAS NETFLIX.

Acabo de ver el documental de Netflix sobre el 11 M recordando con horror a las víctimas y con mucha rabia el tratamiento que hizo cierta prensa y el propio gobierno del PP sobre la autoría de los atentados.

A mi criterio lo más destacado es lo que no se ve en el documental. Me refiero a la celebración del juicio, que tuvo lugar entre el 15 de febrero y el 2 de julio de 2007, y a la actuación de los magistrados y fiscales de la Audiencia que solo aparece de pasada y que  a mi criterio es uno de los aspectos relevantes también del 11 M.

Tuve el privilegio de asistir  a una conferencia que protagonizó el presidente de aquel tribunal JAVIER GÓMEZ BERMÚDEZ.

Quedé impresionado por sus comentarios muy alejados de lo que cabía esperar. Pensé que nos disertaría sobre cuestiones jurídicas y ni por un momento entró en esos temas. Hizo realidad lo que se conoce, mediáticamente, como que los jueces hablan a través de sus sentencias.

Habló, y con mucho detalle, de la logística necesaria para organizar un juicio de esta naturaleza.

Sólo unos datos;

Hubo un total de 57 sesiones que se celebraron en la Casa de Campo.

Lo más sorprendente para mí fue el tratamiento logístico del lugar elegido para celebrar el juicio.

¿Cómo separar a los acusados?, ¿cómo acoger a los familiares?, ¿cómo acreditarlos, cómo atenderlos medicamente, si fuera necesario?, ¿dónde avituallar las necesidades de un número tan ingente de personas, incluidos los medios de comunicación?, ¿cómo proceder a blindar la seguridad de acceso, dentro y fuera del recinto?.

Javier Gómez Bermúdez desgranó en su conferencia, punto por punto, los criterios que se  tuvieron en cuenta para organizarlo. Si se me permite la expresión  “pura orfebrería”.

Y lo más interesante ¿cómo ordenar los centenares de tomos y miles de informes, pruebas y papeles en poder del Tribunal?

El propio juez tuvo que ideárselas para crear un software, inexistente en el mercado, que permitiera identificar con rapidez las referencias a las que abogados y fiscales harían alusión durante el juicio.

En un plis plas se localizaban las referencias. Todo un éxito de las incipientes nuevas tecnologías.

Y el último recuerdo de su conferencia, ¿cómo afrontar el temor del tribunal, en un ambiente crispado y súper politizado, que evitara las filtraciones que fueran atribuidas al propio tribunal?.

El presidente lo resolvió con un pacto férreo. Todos sus miembros asumieron que eran potencialmente sospechosos, a ojos del resto de colegas, en el caso de una filtración y convinieron que el presidente redactara una cláusula de compromiso en donde, de producirse èsta, todos, al unísono, saldrían al paso públicamente desmintiendo con rotundidad la información y firmando, al efecto, un documento, durísimo, previamente redactado y asumido por todos.

Tema cerrado y el transgresor, si se diera el caso, inutilizado.

Grande el juez, grande los miembros del tribunal y los fiscales y grande una justicia, la española, que fue capaz de abordar un juicio sin precedentes en el mundo occidental.

Y gracias a mi jefa Montserrat Tura, consellera de justicia de la Generalitat de Catalunya, que propició la conferencia y gracias nuevamente  a Netflix por este magnífico documental que nos devuelve la memoria del 11 M.

PD. El juicio del 11 de setiembre de las torres gemelas  ha sido retomado por EEUU hace ahora un año y sigue pendiente.

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