CELTAS CORTOS. EL MOLINO Y PADILLA.

CELTAS CORTOS. EL MOLINO Y PADILLA.

Queridos amigos, hoy, 20 de abril, un recuerdo para  CELTAS CORTOS. ( Para quienes  no sepais quienes son os doy un apunte.)

CELTAS CORTOS. Grupo vallisoletano de rock con influencias celtas fundado en 1984. Durante su carrera han llegado a vender más de dos millones de discos de sus distintos trabajos, lo que los convierte en uno de los grupos españoles con más éxito comercial de todos los tiempos.

Y he recordado una de sus canciones mas famosas; 20 DE ABRIL:

 “Hola, ¿cómo estáis? ¿Os sorprende que os escriba? Tanto tiempo, es normal. Hoy me he propuesto recordar y me entró la melancolía. Y tenía que hablar, mejor escribir.”
Versión libre de la letra de su hermosa canción 20 de abril del 90.


Mi amigo Pedro Palacio se ha extrañado de mi silencio. Me ha provocado su wasap.
Decía así; “Desde el 8 de abril no hay movimiento en www.adolfcabruja.com ¿Alguien sabe si lo han confinado perimetralmente, está echando la siesta o supervisando obra pública? Queremos más historia!”


Pues ahí va, queridos amigos, una historia que solo unos pocos conocen de primera mano.


Fui responsable de finanzas de CCOO de Barcelona. Otro querido amigo, Rafael Pradas, periodista como Pedro, me propuso ayudar, desinteresadamente, al sindicato. Sus palabras fueron un reto. “Adolf, tienen un problema grande. Los dirigentes cobran las cuotas de los afiliados, les dan un sello conformen han pagado el mes y guardan el dinero en el bolsillo hasta liquidarlo después, si es que lo encuentran. Es un lio mayúsculo y un descontrol evidente. Necesitan un profesional que ordene sus cuentas. Que te parece? Les ayudas?”


Dicho y hecho. De la noche a la mañana me convertí en el hombre de los números, por cierto números siempre en rojo.
Y pasé de asesor contable a responsable remunerado del sindicato.


En el edificio de Padilla, 173, sede de la USCOB (Unión de Sindicatos de CCOO) hice de todo. Participé en la compra y en la posterior venta del edificio. Controlé, es un decir, las obras de reforma de la sede que antes fue el buque insignia de una potente empresa textil catalana que, como tantas otras, desapareció por la crisis del sector.
¿He dicho las obras? Fue un martirio controlarlas. A mis colegas del sindicato les dije, una y otra vez, que las obras debían contratarse a una empresa privada y no hacerlas vía asamblearia, con mano de obra y voluntarios del propio Sindicato de la Construcción. Y no porque no fueran buenos y entregados  especialistas, no. Era porque se levantaba una pared y al día siguiente, en una reunión asamblearia  no programada, decidían cambiarla un poco más allá o más acá, pero siempre inopinadamente. 
Fue una prueba de que la lógica del mercado solo estaba en mi mente. Yo les decía una y otra vez “Compañeros, Fomento (FCC) o incluso Nuñez y Navarro, lo harían mejor y más barato”.
No hubo manera de convencerlos y visto ahora, que mérito tuvo esta odisea y que grandes fueron aquellos dirigentes.
La sala del Consejo de Administración fue la única pieza del edificio que no se tocó y su mobiliario, de valor de anticuario; una mesa alargada clásica y sus sillas de terciopelo, tampoco. Y lo mejor de todo, una pintura al fresco, de pared a pared, con una escena típica de industria textil, que impresionaba a quienes se reunían por vez primera.
Os lo imagináis? Reuniones de sindicalistas que eran propietarios de una sala que había estado al servicio de empresarios?


Como habían cambiado los tiempos. Bendita democracia del 78.


Dicen que el hábito no hace al monje, pero lo distingue. Sin duda aquella sala aplacó siempre las discusiones y facilitó los acuerdos y nunca la sangre llegó al rio. Estoy seguro que aquella sala infundía respeto y moderación.


Pero yo tenía un secreto y lo sigo guardando.
De la reforma que se hizo en todo el edificio  se salvó una caja fuerte de las de verdad, de aquellas que salen en las películas de atracos.
Yo, fui depositario de la combinación y mi secretario general, Alfred Clemente, que grande Alfred, fuimos los únicos que sabíamos los números para abrirla.
Lástima que nunca tuvimos ni dinero ni documentos secretos de ningún tipo que guardar. Pero cada vez que la abría sentía el poder de los números.
Y era verdad. Siempre me consultaban y para mí era un honor profesional que así lo hicieran.
Y como siempre en mis historias, vuelvo a mi destino.
Congreso de la USCOB. Dónde ? En el Palacio de Congresos de la Fira.
Ponente de Finanzas. Intervención de media hora a cargo de su responsable. Yo mismo. Tema la situación económica del sindicato, pero sin catastrofismo. Más de 1.500 delegados mirando a un tembloroso ponente.
Y me crecí, a pesar del miedo escénico y de lo poco atractivo que resulta hablar de números, bajo la atenta mirada de mi madre que desde el primer día sufrió al verme tan apegado al sindicato.

¿Os preguntareis que como lo hice?
Como un profesor, que lo era, explicando a los presentes para que servía un balance de situación, que era el activo y el pasivo, la diferencia entre bienes, derechos y obligaciones y sobre todo que éramos el primer sindicato en España que había adoptado el plan general de Contabilidad español para, finalmente, entusiasmar a los presentes al anunciarles que teníamos previsto inaugurar nuestra sede sindical con una fiesta, a lo grande, y así fue,  en la calle Padilla, con la actuación estelar de las artistas del Molino y pedirles una módica contribución económica para sufragar los gastos.
Gritos de entusiasmo y cierre  de mi intervención con fuertes aplausos que, ahora, al recordarlo me saben a gloria.
En la próxima cita, queridos amigos, os contaré más anécdotas. Por hoy, 20 de abril, mis mejores deseos de vacunación y, mientras, yo  seguiré con la música de Celtas Cortos y su canción que dice “Hoy me he propuesto recordar y me entró la melancolía.”
Gracias, como siempre, por leerme.

PD. Alfred, mi secretario general y amigo, me ha recordado que el fresco que presidia la sala de juntas del edificio de Padilla era nada menos que un Opisso. Hoy el edificio sigue en pie convertido en un hotel. El hotel Glories. Espero que la suite se haya instalado en la sala de Juntas.

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