MI AMIGO.MI JEFE. ALBERT BATLLE.

No puedo reprimirme al recordar a mi amigo Albert. Tenemos tantas anécdotas compartidas que sería un pecado, de los de verdad, no recordarlas en mis escritos. 

Hablo de pecado y Albert nunca ha escondido su práctica religiosa y su magnífica relación con la jerarquía eclesiástica. 

A la broma, broma, alguna vez, para provocarle, algunos amigos le hemos comentado que igual un día optábamos por volver a la fe. Y siempre ha contestado; “si así fuere, al menos, volver a la católica, a la verdadera.” 

Así empiezan mis historias con Albert. Lo conozco casi de los tiempos del blanco y negro. Los tiempos del NODO. Siempre me cayó simpático.  

Para los que no lo sepáis imita de manera formidable a Franco y con esa voz atiplada explica historias que petan la risa.  

Concejal de deportes del Ayuntamiento de Barcelona, jefe de las relaciones con entidades de todo orden; militares y religiosas. 

Nadie se acuerda ya de la extraordinaria preparación de la boda de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin. El desfile por las calles de Barcelona hasta la catedral minuciosamente preparado.  

Qué orden, que logística. Cuánta gente en las calles, que nadie disimule. Cuantos invitados de nivel.

Qué exito.

Pero volvamos al Albert, responsable del deporte en Barcelona. 

Nos intimamos en Fira de Barcelona, en los salones del Esport, y cuando acabé mi responsabilidad me propuso dirigir los Campeonatos del Mundo de Natación que se iban a celebrar en Barcelona en el 2003. 

“Albert, si casi no se nadar” 

No importa. Tendrás un equipo que te ayudará y con tu experiencia todo saldrá bien. O caso Josep Miquel Abad, director de BCN 92, sabia algo de las olimpiadas. 

Y se lo creyó porque siempre me presentaba por los antecedentes feriales y la relación de Josep Miquel con las olimpiadas. 

Y aquí empieza el amigo jefe y el humor desbordado. 

Licenciado en derecho le llega el primer caso como abogado de oficio. Un ladronzuelo marginal, con días sin dormir y despeinado, se presenta con su abogado Albert Batlle, vestido de domingo, con corbata, frente al juez. Este levanta levemente su vista de los papeles y les suelta “¿Quién de ustedes es el acusado?. 

Albert aún no se ha recuperado de aquel primer envite con la justicia. 

Albert, David Meca, Minguella y menda lerenda, vamos en nombre del Ayuntamiento, a Cannes para evaluar las posibilidades de Barcelona en un evento internacional de premios al deporte. 

Salida en avión y nubes en el horizonte. De repente movida incontrolada del aparato por una tormenta brutal y caída libre del avión.  

Ahí empezó nuestro amor inconfesado. Nos cogimos las manos con fuerza. Solo fue un momento. Después sentimos un poco de vergüenza masculina y el piloto nos informó que el aterrizaje seria en Niza porque Cannes estaba imposible. 

Y así fue como llegamos en un flamante Mercedes de Niza a Cannes. 

Y llegaron las risas incontroladas que explotaron en plena recepción de la gala en el Palacio de Congresos. 

Presidia el acto el príncipe de Mónaco. Le saludamos formalmente. Solo le dimos la mano, que nadie se asuste, pero era tan fuerte ver a Michel Douglas y Catherine Zeta Jones, artistas invitados a gala, que nos quedamos junto al príncipe. 

Y ahí empezó lo nunca visto. Los invitados seguían llegando al acto, saludaban primero al príncipe y después a nuestro grupo que se había quedado inmóvil justo al lado del príncipe. Por cortesía y con la boca abierta les dábamos la mano hasta que alguien, creo que Minguella, dijo “estamos en mal sitio”. 

Y así fue, amigos, un mal sitio, pero lleno de poder. 

Moscú. Presentación de la mascota del mundial en plena plaza Roja. Fotos para enviar a la prensa y de repente una pareja de guardias. “¡No se pueden hacer fotos aquí!  

¿Por qué?, preguntamos. “Porque está prohibida la promoción de productos. “Esto es una mascota señor guardia.” 

“No esto es un preservativo y no se puede hacer propaganda” 

La cosa no paso a mayores y BCN03, con o sin preservativo, fue un éxito total. 

Acabó el mundial y llegó el Cire y mi amigo Albert, jefe de las prisiones catalanas, me llevó a la cárcel y con él compartí otra historia de éxito que ya os he contado anteriormente. 

Cuando volví al Ayuntamiento alguien con mala leche me preguntó; “¿que se ha hecho del Abert, no puede ser que no tenga coche oficial y mande en algún sitio.’” 

Y mandó y mucho. Al poco tiempo fue director de los Mossos d’Esquadra y sus principios de alejar la política partidista de este cuerpo suena, aún con más fuerza, vista la deriva secesionista de la que, afortunadamente, se libró por puro sentido común e inteligencia política y porque como dijo el cura respecto al pecado muy partidario no era. 

Lo sigo permanentemente, ahora que tiene responsabilidades en el ayuntamiento de Barcelona, y me alegro de su tono comedido y de su manera de hacer política. 

Con Albert hemos conocido personajes de todo tipo y siempre hemos recordado una anécdota sobre le familia de Joan Gaspar, ex presidente del Barça y expropietario del grupo HUSA, al que Josep María de Segarra, poeta, escritor y dramaturgo dedicó este verso; 

“He menjat amb molta gent 

i qui diu gent ,diu gentussa 

però mai tan malament 

com en el hotels de la HUSA” 

HE COMIDO CON MUCHA GENTE, Y QUIEN DICE GENTE DICE GENTUZA, PERO NUNCA TAN MALAMENTE COMO EN LOS HOTELES DE HUSA. 

Gracias Albert por tu amistad y a vosotros amigos, gracias por leerme. 

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