Mr. RIPLEY

Queridos amigos, la serie Ripley, en Netflix, me ha provocado tantas reacciones en mi estado de ánimo que estoy por manifestar, ya de entrada, que es lo mejor que he visto en mi vida.

La serie merece sin duda alguna un reconocimiento por muchos aspectos; su cuidada estética, filmada en blanco y negro, todo un acierto; las localizaciones tanto en interiores como en exteriores, sublimes, los ambientes barriobajeros napolitanos, los lujosos palacios, la minuciosa ambientación, en los años sesenta, que te hace sentir ese  período como propio, la caracterización de todos los personajes principales, especialmente Tom Ripley, y de los personajes secundarios, como los recepcionistas de hotel, que constituyen todo un estudio sociocultural de la sociedad italiana.

La idea de rodarla en blanco y negro le otorga a cada escena una estética que semeja a una obra de arte de las tantas que se pueden ver durante la trama que nos lleva a visitar Atrani, Nápoles, San Remo y Roma.

Y como no destacar el arte de Caravaggio, el protagonismo de las escaleras, a los inspectores y la policía italiana, a los millonarios americanos, e incluso a los ceniceros, convertidos en arma para un crimen.

Ha sido una satisfacción muy grande poder observar y deleitarme con esta fascinante serie.

Un buen amigo me comentó. “Ya la he visto, te la recomiendo, pero has degustarla a cucharadas, a pequeñas dosis”, y así lo he hecho.

Cada capítulo me ha durado el doble de lo normal. He recreado las imágenes hasta el limite de sentirme turbado por tanta belleza y por tanta capacidad del director para trasmitir esta historia tan cautivadora.